Asociación Coral VEXILLA REGIS

Coro residente en Zaragoza (Aragón - España) especializado en música de los siglos XV al XVIII. 25 ANIVERSARIO (1997 - 2022)

viernes, 15 de mayo de 2020

EL CORO VEXILLA REGIS CANTANDO DESDE CASA

Ni el ínclito Covid-19, ni la cuarentena (necesaria) ni el confinamiento ni la imposibilidad de ensayar nos han quitado las ganas de cantar y nuestra ilusión por la música antigua. Por eso los coralistas del Vexilla hemos grabado desde nuestras casas una conocida obra inglesa del siglo XIII: SUMER IS ICUMEN IN . Una auténtica alegoría de que pronto vendrán tiempos mejores: llegará el verano y volverá a brotar la vida.
El resultado, plasmado en este vídeo, se debe a la imprescindible dirección musical y postproducción de Ana Cristina Vicente Pimpinela, nuestra directora.
¡¡A disfrutar!!


SUMMER IS ICUMEN IN
Comentario de Ramón Sabaté. Presidente Honorífico Coro Vexilla Regis.

         Lo adelanto. No es la mejor canción de nuestro repertorio. Lo confieso abiertamente. Musicalmente puede que no pase de un divertimento discreto. Pero ha llegado a ser de pronto un icono, un símbolo de nuestra vida coral, de la vida de nuestro coro “Vexilla Regis”.

         La vida de los que practicamos el canto coral se convierte en oxígeno obligado para la existencia. Hablo desde la más íntima experiencia personal avalada por toda una vida dedicada en parte a esta bella práctica. Desde mis albores vitales infantiles.

 Si compartir, convivir, ayudar y ser ayudado, dar y recibir, saber escuchar y sentir la satisfacción de ser escuchado son exigencias esenciales para la vida; si tener acceso a las delicias del arte en general y de la música en particular es condición inexcusable para ensanchar el alma y librarnos de ataduras mezquinas; si percibir y valorar el silencio es alimento para que el espíritu no se quede anquilosado; si sentir el compañerismo y hacer el camino juntos son condiciones indispensables para hacer de la vida un algo más que el mero pasar estéril y anodino; si queremos romper los sinsentidos y sobrevolar por encima de las vilezas diarias; y si nos sentimos subyugados por el misterio insondable de la música, si todo esto es así, si lo concebimos así, podemos comprender que el canto coral para muchos de nosotros se nos hace más que imprescindible.

         Por ello, el largo parón de obligado cumplimento y con perspectivas poco halagüeñas por el momento para el reencuentro, precisaba de imaginación y esfuerzo para superarlo. No podíamos estar en un paréntesis abierto y sin día fijo de clausura. De ahí que la iniciativa de nuestra Directora hace unas semanas la acogiéramos en el grupo con gran satisfacción. Se nos proponía un trabajo individual desde nuestro confinamiento para después ensamblarlo y lograr lo que en otros tiempos hubiera parecido imposible: la ejecución de una partitura desde nuestras casas. Y esa primera partitura ha sido la que lleva por título este pequeño artículo.

         SUMER IS ICUMEN IN pasará a formar parte de la historia de nuestro Coro como el referente de un trabajo personal que no hubiéramos soñado alcanzar desde nuestras a veces poco autovaloradas posibilidades individuales. Será el símbolo de la superación, del esfuerzo, del trabajo, de la dedicación, de la suma de unidades para lograr un hermoso conjunto, de la abnegación y dedicación de una Directora empeñada en sacar de unos fragmentos una dignísima ejecución conjunta.

         Confieso que cuando escuché por primera vez el resultado del trabajo sentí una gran emoción. Recorrí a través de mi mente, nuestra sala de ensayos, la prolongada historia de nuestro grupo coral y sus vicisitudes, pasaron por mi mente los rostros de todos mis compañeros y compañeras, presentes y ausentes sin excepción, y experimenté un cúmulo de sensaciones que van desde la nostalgia y el recuerdo hasta el ansia por un regreso todavía atemporal pero que intuyo cierto. Un ansiado regreso convencido de que nada puede igualar al encuentro, a la mirada, al sentimiento que genera lo visual inmediato, al abrazo, al sonido no mediatizado. Nada es igual que la vida. Cualquier sucedáneo sabe a poco.