AGUSTIN CEBRIAN nos ha dejado. De manera rápida e inoportuna. Un triste noticia que ha dejado conmocionados a todos quienes le conocieron y convivieron con él, y , especialmente, a los miembros del coro Vexilla Regis.
Fue un hombre que destacó por
su discreción y bonhomía, por su buen talante y disponibilidad para con los
demás, por su generosidad y sencillez, por su buen humor y su compañerismo. El hueco
que deja, sin duda, es irremplazable. Durante muchos años trabajó, y luchó, por
una sociedad más justa, solidaria e igualitaria (como le gustaba decir), pero
sin perder el compromiso con su familia, (Milagros, su esposa, Sergio y Hector,
sus hijos) y con la música.
Ha sido un coralista especialmente
querido en el Vexilla, incluso por los que coincidieron menos tiempo con él. Hasta
el último momento, hasta el último ensayo, hasta el último concierto, estuvo
presente; aún delicado de salud, no faltó a ningún evento.
Nos ha dejado, pero su carisma,
su recuerdo permanecen por siempre como parte necesaria del Vexilla.
Y como homenaje a Agustín,
queremos recordar parte de la letras de dos de sus canciones favoritas y que fueron
interpretadas por Vexilla Regis en su último adiós: MILLE REGRETZ (de Josquin
des Prez) e IL BIANCO E DOLCE CIGNO (de Jacob Arcadelt).
“Mil pesares por abandonaros (…)
Siento tanto duelo y pena dolorosa”
“El cisne blanco y dulce
cantando muere, y yo
llorando, llego al fin de mi vida.
Extraño y diverso destino,
Que él muera desconsolado”
ETERNO, AGUSTIN
Junta de la Asociación Coral Vexilla
Regis